miércoles, 17 de febrero de 2010

Plutarco " Vidas Paralelas"


El texto es una fuente literaria incluida en el libro “Vidas paralelas” escrito por Plutarco de Queronea, que nació en la región griega de Beocia, en época Imperial entre el S. I – II d. C. El libro recoge información sobre la Atenas del clasicismo y ayuda en la recolección de mitos del pasado glorioso de la capital de Grecia. Concretamente el texto nos habla de la Atenas de Pericles y de Fidias. "Vidas paralelas" es una serie de biografías de griegos y romanos famosos, elaborada en forma de parejas con el fin de comparar sus virtudes y defectos comunes. Plutarco no pretendía tanto escribir historias como explorar la influencia del carácter (fuera bueno o malo) sobre las vidas y los destinos de los hombres famosos, en este caso, diferentes arquitectos y escultores.

En el primer párrafo deducimos que Plutarco nos habla del Gran tesoro ateniense con el cual Atenas volvió a poseer la fama que anteriormente había tenido, concretamente durante la época de Pericles cuando se produce el esplendor de la ciudad, desconocido anteriormente. El engrandecimiento de Atenas, ya sea desde el punto de vista cultural como el militar, fue la preocupación central de Pericles. Este objetivo era financiado por una alianza de casi todas las islas del mar Egeo, denominada La Liga Ático- Délica, de las cuales sus fondos eran custodiados en la isla de Délos. Sin embargo, frente a un próximo ataque persa, el tesoro es trasladado a Atenas a petición de Pericles, quien dispuso de él para acometer las grandes obras de la Acrópolis, en el año 444 a. C. Rodeado de la elite cultural de aquél entonces, logró llevar a cabo su proyecto. Para ello trabajaron junto a él artistas de la talla de Fidias, los arquitectos Mnesicles, Ictinos y Calícrates, y todo un elenco de hombres ilustres, como Esquilo, Sófocles, Eurípides y Anistófanes, el médico Hipócrates, el escultor Policleto, Polignoto el muralista y los filósofos Georgias y Sócrates.

En el texto, Plutarco describe la construcción del Partenón que era de cien pies, es decir, treinta metros de longitud, cuyos arquitectos fueron Calícrates e Ictinos, que hemos nombrado anteriormente. Así diferentes arquitectos trabajaron en su construcción desde las columnas hasta las linternas del santuario y el muro.

Fidias, por el contrario, se encargó de la construcción de la estatua de la diosa compuesta de oro. Este material todavía seguía siendo utilizado como elemento divino con la finalidad de realzar y ensalzar a la divinidad.

En el texto, se redactan altos números de arquitectos con nombre, por lo que sabemos que el artista ya es valorado por su individualidad y por su arte.

La estatua echa por el escultor Fidias sigue estando en pie en época de Plutarco en el S. II d. C por lo que fue una de las fuentes primarias contemporáneas a su tiempo, por lo que el autor pudo recurrir para documentarse sobre la época de Pericles y el mismo Fidias.

Por último, Plutarco documenta la existencia de un escudo de la guerra de las amazonas, donde Fidias aprovecha para retratarse en la persona de “un anciano calvo que tenía cogida una gran piedra con ambas manos” junto también con la imagen de Pericles en actitud de combatir con una amazona. Esto supone una novedad para su época, es decir, retratarse a si mismo provoca que la obra fuese más famosa que el propio artista, por lo que este se incluye en la obra para trascender en el tiempo y ser conocido, como se haría posteriormente en el Renacimiento.

Bibliografía:

- "Arte y pensamiento en la época helenística” Jonh Onians, Ed. Alianza Forma, Madrid, 1996.

- “Historia de la filósofia” J.M. Navarro Cordón y T. Calvo Martínez, Ed. Anaya, Madrid, 1991.

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