sábado, 30 de enero de 2010

Platón


El texto fue escrito por el filósofo Platón que vivió en Grecia durante el S.IV, es una fuente primaria o directa ya que fue realizado por el propio autor. Todo el texto refleja el idealismo del arte griego, ciñéndose Platón, a una búsqueda de un arquetipo conceptual.

En sí, el texto manifiesta la idea verdadera de belleza, una belleza conceptual que no se puede ver en la imitación de la naturaleza ya que ésta mimesis sería falsa, nada más que un pobre reflejo de la realidad. Platón, define la belleza relacionándola siempre con el concepto de bien, es algo supremo, abstracto, inmutable y único, algo que no se puede ni tocar ni ver, pero que es mucho más verdadero que cualquier cosa que se pueda ver. Platón en el primer texto, nos habla del proceso de creación del artista diciendo que es desconocedor aquel que no puede ver la belleza a través del entendimiento. El concepto de belleza está directamente relacionado con el mito de la caverna, mito que propondría las bases en la filosofía posterior del pensamiento cristiano. Quién esté despierto, nos dice el texto, será capaz de ver el concepto de belleza en sí mismo ( su idea) no solo su forma material.

El siguiente texto, el segundo, nos habla de la idea de belleza configurada por el filósofo Sócrates. Se trata de una fuente primaria pero no en primera persona sino en forma de diálogo, que explica la idea de Sócrates de la belleza se basa en que algo es bello cuando éste algo cumple su función de utilidad o simplemente cuando ese algo te agrada o te da placer, cuando el espectador llega a una catarsis al contemplar la obra. El texto nos habla de que Sócrates mantiene una conversación con Polo y observamos que su concepto de la belleza también está relacionado con la idea del bien o de lo bueno.

El siguiente texto, el tercero, escrito también por el filósofo Platón, habla de la condena de Platón al arte plástico por ser imitativo y presentar alteraciones respecto a la realidad. Propone que si ha de haber una representación de la realidad tiene que ser fiel a ella, si no el artista se alejaría de la esencia y no de la forma. En el primer párrafo, Platón reconoce la capacidad de agradar y de dar placer que manifiesta con sus obras el artista, pero en el segundo justifica esta idea ya que el artista debe conocer la esencia de las cosas para poder representarlas con fidelidad. Mantiene la idea de mimesis, la imitación de la realidad llevada a cabo por el artista y acepta la gracia que produce en el espectador aunque esta representación sea mínima, es decir, que haya algo de verdad en ella. En el siguiente párrafo observamos que justifica que la esencia es necesaria conocerla para poder imitar, si no cualquier representación es falsa o engañosa ya que aunque produzca placer, ésta representación va a seguir siendo un espejismo, la obra de arte será un reflejo de un reflejo. El artista deberá reflejar con la mayor exactitud la realidad y para esto el artista necesita ser conocedor de la esencia para imitar bien.

Finalmente, el último texto nos habla de los poetas, manifestando que son iguales que los artistas ya que son manipuladores de la realidad. Lo que el poeta hace no presenta ningún valor, ya que su propia percepción de la realidad no es buena.

El texto es una especie de expulsión moral que hace Platón, en ese mundo ideal dentro del mito de la caverna. Aquellos artistas o poetas que falseen o distorsionen la realidad con su propia percepción y no puedan expresar el valor abstracto de las cosas y no las cosas mismas, deberán ser expulsados de la ciudad “ ya que despierta y alimenta el vicio”.

Bibliografía ampliada:

- " Historia de la filosofía 2 Bachillerato" Ed. anaya, Madrid, 2003.

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